En cuanto a la fuerza de trabajo dentro del sector, sin embargo, el panorama es más esperanzador. Y es que, tras el aumento del paro en 2020 debido a los malos resultados económicos, parece haberse retomado la tendencia que se venía experimentado antes de la llegada del coronavirus. De esta forma, el número de desempleados en la industria del calzado y cuero en España decreció en 1.500 personas en 2022, alcanzando además el mejor dato de la pasada década al situarse por primera vez por debajo del umbral de las 9.900 personas en esta situación.
La industria española del calzado sigue dependiendo del exterior
Si bien es cierto que en España existen más de 3.000 fabricantes de calzado, la mayoría de zapatos que se consumen en el país llegan desde el exterior y, más concretamente, de China. El país asiático se ha afianzado año tras año como el principal origen del calzado vendido en el mercado español. Sólo en 2023, se comercializaron en España más de 183 millones de pares procedentes de las fábricas chinas. Es más, si se tiene en cuenta que en dicho año el volumen total de importaciones de zapatos se situó en torno a los 320 millones de pares, la probabilidad de que gran parte de las tiendas nacionales contaran en sus escaparates con al menos algo de calzado made in China fue bastante elevada.En lo que respecta a la exportación, y a pesar de que la industria española ha encontrado en Francia e Italia grandes clientes del calzado nacional, lo cierto es que el sector tiene todavía un largo camino a recorrer. Ni los datos de 2023, los segundos mejores de la pasada década, bastaron para que el saldo negativo de la balanza comercial no marcara, un año más, un déficit, que en esta ocasión, se aproximó a los 1.341 millones de euros.